lunes, septiembre 03, 2007

que fantásticas fiestas, las de ahora y las de macedonia...

Por un lado, los amigos Pao Calabretta, Lucas Mercado y Fede Brollo organizan esta fiestita el viernes en Lola Loba:



Por otro lado, en la página de Planeta X encontré este texto ("TAZ - Zona Temporalmente Autónoma", de Hakim Bey) que viene a colación, y que se relaciona también con el espíritu movilizador de macedonia y aquellas entrañables (¡y hoy al parecer taaaaan lejanas!) fiestas en Casacueva... ("la ética del encuentro"):

"(...) El media nos invita a "venir a celebrar los grandes momentos de nuestra vida" mediante la unificación espúrea de la mercancía y el Espectáculo, el famoso no-acontecimiento de la pura representación. En respuesta a esa obscenidad tenemos, de un lado, el espectro del rechazo (descrito por los situacionistas, John Zerzan, Bob Black y otros), y por otro la emergencia de una cultura festiva distinta y aún oculta a los managers de nuestro ocio. "Luchar por el derecho a la fiesta" es algo más que una parodia de la lucha radical: es una manifestación de esa misma lucha, adecuada a un tiempo que ofrece televisiones y teléfonos como medios de "contactar y tocar" a otros seres humanos, como vías para "estar Ahí".

Pearl Andrews tenía razón: la fiesta nocturna es ya "la semilla de una nueva sociedad tomando forma en la cáscara de la anterior". Las reuniones tribales de los 60, los cónclaves de eco-saboteadores, la idílica Beltane de los neopaganos, las grandes conferencias anarquistas, los círculos gays ... Las fiestas de alquiler en Harlem en los 20, los nightclubs, los banquetes, los grandes picnics libertarios, debemos reconocer que todos ellos han sido ya "zonas liberadas" de algún tipo, o por lo menos TAZs potenciales. Ya abierta a sólo unos pocos amigos, como una fiesta-cena, ya a miles de participantes, como un Be-In, la fiesta siempre es abierta porque no está regulada, sometida a orden; puede estar planeada, pero a menos que "suceda" por sí misma es un fracaso. El factor espontaneidad es crucial.

La esencia de la fiesta: el cara a cara, el grupo de humanos que pone en común sus esfuerzos para realizar sus deseos, se trate de comida y bebida, baile, conversación o el arte de vivir; puede que incluso para el placer erótico, o para crear obras de arte colectivas, o para atraer el puro circular de la alegría. En síntesis, la "unión de los egoístas" -en el sentido de Stirner- o acaso -en términos ahora de Kropotkin- una base biológica que conduce a la ayuda mutua. También aquí cabría mencionar la "economía del derroche" bataillana y su teoría de la cultura potlach."