domingo, mayo 23, 2004

Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad (Zizek dixit)



"Usted ha sido muy crítico, al respecto, con los movimientos antiglobalización...
–Yo soy un izquierdista, pero justamente como izquierdista radical, sin ilusiones. En principio, por supuesto, me opongo a todos ellos. Por ejemplo, creo que en el Foro Social de Porto Alegre no existe un programa propositivo. La gente está fascinada con Porto Alegre: “¡Qué bueno, ya no hay una izquierda leninista, totalitaria. Ahora podemos estar todos juntos, desde los ecologistas y las feministas, incluso los ecologistas conservadores”. ¡Claro! Es fácil estar todos juntos protestando, cuando compartís un enemigo. Pero imaginemos Porto Alegre en el poder: explotarían de inmediato. Es lo que pasó en mi país hace quince años con el movimiento disidente: cuando la cuestión era oponerse al comunismo, hasta algunos comunistas estábamos por un comunismo democrático. Pero no ocurrió lo mismo cuando vimos al final del túnel que se aproximaba el poder. Claro que apoyo estos movimientos, pero tienen limitaciones importantes. Todavía estamos buscando un nuevo poder. Por ejemplo, todo el mundo está enamorado del Subcomandante Marcos y los zapatistas. Ellos sobreviven porque se politizaron a sí mismos: se convirtieron en una gran autoridad moral, con una poética que no me gusta. Incluso Fox dijo: “Sí,necesitamos la voz de una conciencia...”. El problema es que es muy fácil adoptar esta pose crítica, donde se quiere ser correcto. A muchos izquierdistas les gusta organizar boicots a las marcas que producen en el tercer mundo –al estilo “No compre Nike”–. Pero veamos qué pasa si esto es exitoso. Forzás a cerrar una fábrica en Indonesia y esto implica que un montón de gente allí pierde su trabajo y pase a vivir peor. Por supuesto que son explotados, pero para esa gente la alternativa es mayor pobreza. Claro, tu conciencia puede estar limpia: no comprás Nike. Creo que todas estas medidas moralistas no son suficientes. Yo leí el último libro de Naomi Klein, que es muy entusiasta con estos nuevos movimientos y la autoorganización de la gente. De acuerdo, pero hoy la sociedad, para que estos grupos locales nomádicos puedan funcionar, necesita alguien que garantice un orden global, no en un sentido policial, sino en el sentido de una superestructura. Esta es la gran cuestión: todos estos grupos alternativos funcionan como correctivos."

¡Zizeck lo dijo!, en el Radar Libros del Página 12 de hoy.
Texto completo aquí.

¿Dá para unos comments bien largos, no?