La experiencia MQC fanzine & blog en el libro "Poéticas Contemporáneas" del Fondo Nacional de las Artes (FNA):
martes, marzo 20, 2012
domingo, noviembre 15, 2009
jueves, noviembre 12, 2009
¿Cierra mqc blog?
en tiempos de redes sociales que son todo en uno; en tiempos que uno mantiene más espacios virtuales que a uno mismo; que todo pasa por el facebook, que la revista que dio pie a este espacio no existe, que el colectivo que lo sostenía se ha diversificado en múltiples miríadas; que estamos más viejos; que ya poca provocación pasa por acá; que muchas veces uno lo actualiza casi como una obligación; surge una y otra vez la misma pregunta:
¿tiene sentido sostener este espacio?
¿o sería mejor cerrarlo y que el archivo de los días cuelgue en la red como los mensajes en los cables del teléfono de "crónicas marcianas" hasta que encuentren oídos receptivos, o los mismos de uno escuchando sus propias voces del pasado?
"Malvón" -el folletín- 3º parte
(Clickeando la etiqueta "Malvón" de abajo se pueden leer las partes anteriores)
21.
“¡Mierdra!”, exclamó patafísicamente Plagiaro. “¡Miedda!”, exclamó La Conductora del Noticiero Local. “¡Caquita!”, dijo El Periodista Chivo.
¡Sí, MIERDA, con mayúsculas y a raudales! ¡Parecía una catarata desbocada la mierda que chorreaba sobre el móvil del canal y sobre el asfalto todo! La Conductora del Canal Local puso el limpiaparabrisas para poder seguir la escena en la que los motomandados, prestos, acostumbrados a trabajar con El Periodista Operador, corrieron y se tiraron de pancita a revolcarse en la mierda líquida que seguía brotando como de una canilla sin cuerito. Eso los entretuvo por un rato.
22.
En ese escenario de mierda, literalmente, Plagiaro se encontró disputado en forma sanguinaria por la prensa vernácula. “Eso hacen las sociedades de control con aquellos que queremos desaparecer en el anonimato. Todo tiene que ser visible. Incluso mi amor por mi malvón”, pensó deleuzeanamente. Y luego gritó: “¡Por qué no se van todos a la misma mierda!”, mientras echó a correr. “Pero si ya lo edtamos”, alcanzó a escuchar a La Conductora del Noticiero Local mientras se sacaba unos grumos de caca de sus hombreras con un pañuelo. Con la última gota de la estericcia colis de El Periodista Amarillo, éste se desvaneció. Los motomandados parecieron recobrar la lucidez –aunque suene exagerado- y quisieron arrancar en sus motos embardunadas, pero patinaban en el líquido marrón y volvían a caer. ¡Una refalosa de caca, una pesadilla Ascabusiana!
23.
“Es mi oportunidad de escapar”, se dijo Plagiaro, lanzándose a correr por la Panamericana, abrazado a su malvón. Unos kilómetros más adelante, una sugestiva melodía se empezó a escuchar cada vez más fuerte. El espíritu sensible de Plagiaro tenía oídos para todas las músicas, sin distinción semiótica: “alto-bajo-popular”, clasificaciones de eunucos para él. Y esa música era la más maravillosa para sus oídos: ¡la de la mismísima Rosita Cajamarca!, doncella riobambeña de la música chicha ecuatoriana. ¡Estrella recurrente en su firmamento cinemascope de poluciones nocturnas!
24.
Ahí venía, cantando a capella en un bus junto a sus músicos, a la vera del Pacífico, que acomodaba sus aguas para acunar al sol que se dormía, se dormía. En ese instante mágico en el que los relojes biológicos humanos son uno con la naturaleza, el bus se detuvo junto a Plagiaro. Una voz celestial, cual la de Gabriel susurrando al oído de Mahoma, le dijo: “-Oye guapetón, ¿hacia dónde vas con tu linda planta?” Plagiaro sintió un escozor en el upite. Era Rosita, un ángel trigueño, aindiado y rellenito bajado del cielo de la cumbia para hablar con él, simple mortal. “-Tenemos un concierto esta noche en las playas de Salinas, en un hotel lleno de turistas… ¿te llevamos?”.
25.
El bus flotaba junto al ocaso anaranjado-violáceo, Rosita se maquillaba y sus músicos marcaban el ritmo con la percusión. “Ay!, y algún día entre sollozos / Ay!, tú me pediste que te olvidara / Ay! No se puede! / Ay! No se puede!”, cantaba la diosa máxima en armonía con lo infraleve de las gotas de agua deslizándose por las flores del Cayambe. ¡Rosita empañaba hasta el mismísimo amor de Plagiaro por su Malvón! Era la Eva de Perón, la Simone de Sartre, la Yoko de Lennon, la Valeria Mazza de Gravier ¡Era la musa por la cual insistía en su Ser el Ecuador todo!
26
Y llegaron a Salinas, la Punta del Este ecuatoriana. Plagiaro se alegró de estar a salvo de la persecución mediática y, luego de regar el malvón con agua mineral, lo dejó descansar en el bus, y acompañó a los músicos al escenario. En ese hotel 5 estrellas, Rosita era una bella excepción; una incursión antropológica de lo mejor de la sierra sobre el escenario turístico, montado, de la costa. El salón rebosaba de parejas de nuevos ricos de Guayaquil; ¡los dueños de la pasta!; que hicieron caras de asco cuando vieron ingresar a la flor de la selva bajo el halo del reflector. Pero a la altura de “Mi joven profesor de amor”, el auditorio se pasaba sus prejuicios por el duodeno; ¡y hasta por una extraña relación de continuidad, empezaron a pensar bien del presidente Correa! A la altura de “Escríbeme una carta”, la baba de los espectadores caía sobre las ostras de sus platos; y todos pensaban, hombres y mujeres, en cómo hacer para sobar los poros de esa piel indómita, sensual, y sus botas ¾ , y su minifalda colorada... Rosita, con su brillo cayambero, desataba los diablos del deseo y los hacía brotar para vagar sin rumbo por el lugar, como una droga psicoactiva de la selva, imposible de sintetizar...
27
Con los aplausos, Plagiaro recobró el aliento y la saliva, casi al borde de deshidratarse. Rosita bajó del escenario y le dijo al oído: “Nos vamos de acá”, y dejando todo de lado, lo tomó de la mano y escaparon hacia la playa. “Conozco un lugar maravilloso, acá cerca” Y ahí marchaban, Plagiaro y Rosita –ya camuflada tras unos anteojos y un pañuelo en la cabeza- bajo la luna, descalzos, dejando atrás las luces de Salinas. Más adelante, aparecieron otras tenues. “Quiero estar a solas contigo en Montañita”. Se acercaron al pueblo vecino, el olor a marihuana inundaba todo, al igual que el reggae... compraron un ron y en un bidón, lo prepararon con coca cola y se acostaron en la arena junto a unos leños encendidos. Tomaron unos tragos mirando el mar. Rosita dijo: “Bésame”, y Plagiaro obedeció. ¿Qué decir? Plagiaro sintió el Siglo de Oro de la poesía española entero recorrer su cuerpo. Y, como con los versos, sucumbió. Los techos de paja de las cabañas hablaban con el viento de mar. Las olas sólo insistían. Ahí Dios se había dormido y en ese momento y en ese lugar, ningún error de la creación se hacía evidente.
28
Mientras Plagiaro intercambiaba fluidos con Rosita Cajamarca -como un MERCOSUR de a dos-, el malvón comenzó a extrañar a su dueño. Así es que salió sigilosamente del bus cuando fue sorprendido por El Periodista Chivo y El Periodista Amarillo, estrellas del mismo canal, montados de nuevo en la moto del último (que coronaba su retaguardia con un pañal gerontológico, tratando de detener la hemorragia caquiqueril). Los dos periodistas se miraron y se hicieron cosquillitas con sus narices, evidenciando que sus pensamientos coincidieron: “No conseguimos a Plagiaro, pero sí a su malvón. Suficiente para hacer un par de programas exclusivos. ¡Volvamos, pues!”. Y volvieron surcando la américa profunda, pero ellos ni mu con el paisaje. Sólo importaba el rehén vegetal, que –producto de la velocidad, el frío y el stress- llegó a Paraná casi amarillo.
29
Pero los villanos son muchos y no descansan, para desgracia de nuestro héroe y su malvón. Porque a todo esto, el Periodista Operador y La Poeta Maldita que Deshonra su Apellido, se encontraban abocados en un extraño pachichí coordinado por el Chamán de la Chelva Amachónica que incluía elementos tales como: pendejos de Sai Babita, una estampita con la figura del Viqui Fernández, libros de poesía local –entre ellos el del gran Bejarano-, y otras sustancias de procedencia desconocida pero de comprobados efectos distorsionadores de la realidad. ¿Qué buscaban con ese aquelarre? Lo mismo que todos: saber el paradero de Plagiaro, y hacerlo volver. Y resulta que La Poeta Maldita que etc. etc, intuyó como hacerlo. Porque, a pesar de la menopausia, tiempo atrás había guardado en un frasquito de mayonesa Hellmans, un poco de olores y flujos post coito de alguna siesta invernal. Fue ponerle ese ingrediente a la mezcla para que –cerca de a 15 mil kilómetros de distancia- Plagiaro sintiera un escozor cuyo epicentro era su miembro erecto que, ante la mirada absorta y la boca abierta de la diosa trigueña Rosita Cajamarca, comenzó a elevarse cada vez mas al punto de hacer levitar a Plagiaro y –una vez en el aire- guiado por su pararrayos de carne, comenzar a volar a velocidad crucero hacia el origen de la llamada paranormal, abandonando a Rosita primero, a la playa después, al Ecuador y a toda la ilusión de tiempo y espacio que lo separaba de la Poeta, aquella antigua amante.
30“Atención, nuestro canal se complace en anunciar que nuevamente le ha ganado a la competencia y que la ex periodista “edtrella” del otro canal no va a poder hacer lo que nosotros, El Periodista Chivo junto a El Periodista Amarillo, venimos a anunciar: una entrevista exclusiva con el vegetal por el cual Plagiaro habría abandonado su vida complaciente y burguesa, y que nada tiene que ver con las suposiciones que se manejaban hasta ahora. A continuación, un adelanto”. Y ahí venían las imágenes de un malvón cuidado como una estrella de la farándula: haciendo cama solar e inmersiones con hidromasajes en el Joguard Jonson para recuperar su color y humor –nunca una planta tan plebeya había logrado tanta atención-; siendo regada con agua mineral con unas gotitas de champagne; rodeado de unos ficus esplendorosos a cada lado, sacándose fotos con estrellas de los medios locales como el conductor de El Explorador y Cottonaro... en fin, la vida vacua e insulsa que alientan los medios y el sistema capitalista mundial. El Malvón ni se acordaba de Plagiaro, le gustaba la nueva vida y sacudir sus pistilos con quien tuviera a mano.
21.
“¡Mierdra!”, exclamó patafísicamente Plagiaro. “¡Miedda!”, exclamó La Conductora del Noticiero Local. “¡Caquita!”, dijo El Periodista Chivo.
¡Sí, MIERDA, con mayúsculas y a raudales! ¡Parecía una catarata desbocada la mierda que chorreaba sobre el móvil del canal y sobre el asfalto todo! La Conductora del Canal Local puso el limpiaparabrisas para poder seguir la escena en la que los motomandados, prestos, acostumbrados a trabajar con El Periodista Operador, corrieron y se tiraron de pancita a revolcarse en la mierda líquida que seguía brotando como de una canilla sin cuerito. Eso los entretuvo por un rato.
22.
En ese escenario de mierda, literalmente, Plagiaro se encontró disputado en forma sanguinaria por la prensa vernácula. “Eso hacen las sociedades de control con aquellos que queremos desaparecer en el anonimato. Todo tiene que ser visible. Incluso mi amor por mi malvón”, pensó deleuzeanamente. Y luego gritó: “¡Por qué no se van todos a la misma mierda!”, mientras echó a correr. “Pero si ya lo edtamos”, alcanzó a escuchar a La Conductora del Noticiero Local mientras se sacaba unos grumos de caca de sus hombreras con un pañuelo. Con la última gota de la estericcia colis de El Periodista Amarillo, éste se desvaneció. Los motomandados parecieron recobrar la lucidez –aunque suene exagerado- y quisieron arrancar en sus motos embardunadas, pero patinaban en el líquido marrón y volvían a caer. ¡Una refalosa de caca, una pesadilla Ascabusiana!
23.
“Es mi oportunidad de escapar”, se dijo Plagiaro, lanzándose a correr por la Panamericana, abrazado a su malvón. Unos kilómetros más adelante, una sugestiva melodía se empezó a escuchar cada vez más fuerte. El espíritu sensible de Plagiaro tenía oídos para todas las músicas, sin distinción semiótica: “alto-bajo-popular”, clasificaciones de eunucos para él. Y esa música era la más maravillosa para sus oídos: ¡la de la mismísima Rosita Cajamarca!, doncella riobambeña de la música chicha ecuatoriana. ¡Estrella recurrente en su firmamento cinemascope de poluciones nocturnas!
24.
Ahí venía, cantando a capella en un bus junto a sus músicos, a la vera del Pacífico, que acomodaba sus aguas para acunar al sol que se dormía, se dormía. En ese instante mágico en el que los relojes biológicos humanos son uno con la naturaleza, el bus se detuvo junto a Plagiaro. Una voz celestial, cual la de Gabriel susurrando al oído de Mahoma, le dijo: “-Oye guapetón, ¿hacia dónde vas con tu linda planta?” Plagiaro sintió un escozor en el upite. Era Rosita, un ángel trigueño, aindiado y rellenito bajado del cielo de la cumbia para hablar con él, simple mortal. “-Tenemos un concierto esta noche en las playas de Salinas, en un hotel lleno de turistas… ¿te llevamos?”.
25.
El bus flotaba junto al ocaso anaranjado-violáceo, Rosita se maquillaba y sus músicos marcaban el ritmo con la percusión. “Ay!, y algún día entre sollozos / Ay!, tú me pediste que te olvidara / Ay! No se puede! / Ay! No se puede!”, cantaba la diosa máxima en armonía con lo infraleve de las gotas de agua deslizándose por las flores del Cayambe. ¡Rosita empañaba hasta el mismísimo amor de Plagiaro por su Malvón! Era la Eva de Perón, la Simone de Sartre, la Yoko de Lennon, la Valeria Mazza de Gravier ¡Era la musa por la cual insistía en su Ser el Ecuador todo!
26
Y llegaron a Salinas, la Punta del Este ecuatoriana. Plagiaro se alegró de estar a salvo de la persecución mediática y, luego de regar el malvón con agua mineral, lo dejó descansar en el bus, y acompañó a los músicos al escenario. En ese hotel 5 estrellas, Rosita era una bella excepción; una incursión antropológica de lo mejor de la sierra sobre el escenario turístico, montado, de la costa. El salón rebosaba de parejas de nuevos ricos de Guayaquil; ¡los dueños de la pasta!; que hicieron caras de asco cuando vieron ingresar a la flor de la selva bajo el halo del reflector. Pero a la altura de “Mi joven profesor de amor”, el auditorio se pasaba sus prejuicios por el duodeno; ¡y hasta por una extraña relación de continuidad, empezaron a pensar bien del presidente Correa! A la altura de “Escríbeme una carta”, la baba de los espectadores caía sobre las ostras de sus platos; y todos pensaban, hombres y mujeres, en cómo hacer para sobar los poros de esa piel indómita, sensual, y sus botas ¾ , y su minifalda colorada... Rosita, con su brillo cayambero, desataba los diablos del deseo y los hacía brotar para vagar sin rumbo por el lugar, como una droga psicoactiva de la selva, imposible de sintetizar...
27
Con los aplausos, Plagiaro recobró el aliento y la saliva, casi al borde de deshidratarse. Rosita bajó del escenario y le dijo al oído: “Nos vamos de acá”, y dejando todo de lado, lo tomó de la mano y escaparon hacia la playa. “Conozco un lugar maravilloso, acá cerca” Y ahí marchaban, Plagiaro y Rosita –ya camuflada tras unos anteojos y un pañuelo en la cabeza- bajo la luna, descalzos, dejando atrás las luces de Salinas. Más adelante, aparecieron otras tenues. “Quiero estar a solas contigo en Montañita”. Se acercaron al pueblo vecino, el olor a marihuana inundaba todo, al igual que el reggae... compraron un ron y en un bidón, lo prepararon con coca cola y se acostaron en la arena junto a unos leños encendidos. Tomaron unos tragos mirando el mar. Rosita dijo: “Bésame”, y Plagiaro obedeció. ¿Qué decir? Plagiaro sintió el Siglo de Oro de la poesía española entero recorrer su cuerpo. Y, como con los versos, sucumbió. Los techos de paja de las cabañas hablaban con el viento de mar. Las olas sólo insistían. Ahí Dios se había dormido y en ese momento y en ese lugar, ningún error de la creación se hacía evidente.
28
Mientras Plagiaro intercambiaba fluidos con Rosita Cajamarca -como un MERCOSUR de a dos-, el malvón comenzó a extrañar a su dueño. Así es que salió sigilosamente del bus cuando fue sorprendido por El Periodista Chivo y El Periodista Amarillo, estrellas del mismo canal, montados de nuevo en la moto del último (que coronaba su retaguardia con un pañal gerontológico, tratando de detener la hemorragia caquiqueril). Los dos periodistas se miraron y se hicieron cosquillitas con sus narices, evidenciando que sus pensamientos coincidieron: “No conseguimos a Plagiaro, pero sí a su malvón. Suficiente para hacer un par de programas exclusivos. ¡Volvamos, pues!”. Y volvieron surcando la américa profunda, pero ellos ni mu con el paisaje. Sólo importaba el rehén vegetal, que –producto de la velocidad, el frío y el stress- llegó a Paraná casi amarillo.
29
Pero los villanos son muchos y no descansan, para desgracia de nuestro héroe y su malvón. Porque a todo esto, el Periodista Operador y La Poeta Maldita que Deshonra su Apellido, se encontraban abocados en un extraño pachichí coordinado por el Chamán de la Chelva Amachónica que incluía elementos tales como: pendejos de Sai Babita, una estampita con la figura del Viqui Fernández, libros de poesía local –entre ellos el del gran Bejarano-, y otras sustancias de procedencia desconocida pero de comprobados efectos distorsionadores de la realidad. ¿Qué buscaban con ese aquelarre? Lo mismo que todos: saber el paradero de Plagiaro, y hacerlo volver. Y resulta que La Poeta Maldita que etc. etc, intuyó como hacerlo. Porque, a pesar de la menopausia, tiempo atrás había guardado en un frasquito de mayonesa Hellmans, un poco de olores y flujos post coito de alguna siesta invernal. Fue ponerle ese ingrediente a la mezcla para que –cerca de a 15 mil kilómetros de distancia- Plagiaro sintiera un escozor cuyo epicentro era su miembro erecto que, ante la mirada absorta y la boca abierta de la diosa trigueña Rosita Cajamarca, comenzó a elevarse cada vez mas al punto de hacer levitar a Plagiaro y –una vez en el aire- guiado por su pararrayos de carne, comenzar a volar a velocidad crucero hacia el origen de la llamada paranormal, abandonando a Rosita primero, a la playa después, al Ecuador y a toda la ilusión de tiempo y espacio que lo separaba de la Poeta, aquella antigua amante.
30“Atención, nuestro canal se complace en anunciar que nuevamente le ha ganado a la competencia y que la ex periodista “edtrella” del otro canal no va a poder hacer lo que nosotros, El Periodista Chivo junto a El Periodista Amarillo, venimos a anunciar: una entrevista exclusiva con el vegetal por el cual Plagiaro habría abandonado su vida complaciente y burguesa, y que nada tiene que ver con las suposiciones que se manejaban hasta ahora. A continuación, un adelanto”. Y ahí venían las imágenes de un malvón cuidado como una estrella de la farándula: haciendo cama solar e inmersiones con hidromasajes en el Joguard Jonson para recuperar su color y humor –nunca una planta tan plebeya había logrado tanta atención-; siendo regada con agua mineral con unas gotitas de champagne; rodeado de unos ficus esplendorosos a cada lado, sacándose fotos con estrellas de los medios locales como el conductor de El Explorador y Cottonaro... en fin, la vida vacua e insulsa que alientan los medios y el sistema capitalista mundial. El Malvón ni se acordaba de Plagiaro, le gustaba la nueva vida y sacudir sus pistilos con quien tuviera a mano.
Acción política y tradiciones culturales
El domingo compartimos una tarde con la gente de "UNER en movimiento" que están preparando estas jornadas como resistencia a la expoliación minera y a la aceptación de fondos de la minería en las universidades... compartimos algunas ideas, yo llevé algunas imágenes y material gráfico... se vé que les gustó Malevich...
Nos vemos allá.
Nos vemos allá.
viernes, noviembre 06, 2009
miércoles, noviembre 04, 2009
Eterna borrachera, este sábado en Elefante.
Eterna borrachera
Este sábado, a partir de las 22 hs., Elefante Multiespacio abrirá las puertas para inaugurar el ciclo "Eterna borrachera". En el primero de esta serie de encuentro, leerán sus poemas los jóvenes y prolíficos Julián Bejarano, Ariel Delgado y Fernando Kosiak. Además, Maxi Sanguinetti presentará "Caramelos ácidos", un poupurrí de humor político. Y como si eso fuera poco, un invitado sorpresa musicalizará la velada y habrá micrófono abierto para que todos puedan sumarse a la ronda de lecturas.
¿No es maravilloso?
Los esperamos!
Eterna borrachera
Sábado 7 / 22 hs. Entrada $4.
En el patio del Multiespacio Elefante. San Martín 1467.
martes, noviembre 03, 2009
Mueren 300 mil gallinas y 100 mil pollos en Paraná Campaña
Leo esta noticia, cuyo título reza:
“Por calor, murieron 300.000 gallinas y 100.000 pollos en Paraná campaña”
... y pienso en esa fantástica película que es “Pollitos en fuga”. Otra consecuencia de criar y explotar animales en campos de concentración, hacinados, destinados a producir todo el tiempo, forzados con luz artificial, oliendo sus propios deshechos... parte de un sistema basado en la explotación animal en nombre del consumo. Ni hablar de las hormonas que les meten. Ni hablar de la cría de vacas en feet-lot, una de las principales causas del efecto invernadero (aunque suene gracioso, por los pedos de las vacas). Y todavía hay ecologistas que comen carne.
“Fútbol, asado y vino... son los gustos del pueblo argentino”, cantaban Los Violadores. Cuestiones culturales, de hábito y de comodidad sostienen esta matanza despiadada de animales en nombre de nuestro paladar. En fin...
“Por calor, murieron 300.000 gallinas y 100.000 pollos en Paraná campaña”
... y pienso en esa fantástica película que es “Pollitos en fuga”. Otra consecuencia de criar y explotar animales en campos de concentración, hacinados, destinados a producir todo el tiempo, forzados con luz artificial, oliendo sus propios deshechos... parte de un sistema basado en la explotación animal en nombre del consumo. Ni hablar de las hormonas que les meten. Ni hablar de la cría de vacas en feet-lot, una de las principales causas del efecto invernadero (aunque suene gracioso, por los pedos de las vacas). Y todavía hay ecologistas que comen carne.
“Fútbol, asado y vino... son los gustos del pueblo argentino”, cantaban Los Violadores. Cuestiones culturales, de hábito y de comodidad sostienen esta matanza despiadada de animales en nombre de nuestro paladar. En fin...
"Malvón" -el folletín- (2º entrega)
(Clickeando la etiqueta "Malvón" de abajo se pueden leer las partes anteriores)
10.
Y corrió, corrió; al ritmo del latido de su corazón.
¡Desde 5to grado de la escuela no sentía esa adrenalina; cuando regalaba chupetines a su novia Myriam! -amor prohibido- (prohibido por los hermanos de esta). “Si te acercás a la Myriam, te cagamos a palo, flaquito”. Ahora era lo mismo: el tótem de la cultura occidental cristiana se erguía sobre él, de golpe: era la regla; la prohibición; podría andar con quien quisiera, ¡menos con un malvón!
11.
Plagiaro abrazó el malvón y pensó: escapar, sí, pero ¿hacia donde? La vecina lo vio, o alguien botoneó, la cosa es que gritó: “ladrón”, “ladrón”. “Sí, ladrón, pero del amor”y pensó en Alberto Migré: ¡qué argumento para un novelita!
Sus latidos vibraban como los pistilos de su planta amada; la observaba y trataba de deducir: ¿qué era? ¿Una malva loca?, ¿Una malva real?, ¿Una malva rosa?, ¿Una malva del príncipe?, ¿Una malva doncella?
12.
En eso siente una bocina y lo ve a su amigo Ramsés montado en pelos en su chata: “¿Adónde vas corriendo con esa planta, boludo?”. “No sé”. “Entonces subite, vamos hasta Lago Agrio, al Millenium Bar por unos roncitos”. “Pero eso queda en el amazonas ecuatoriano”. “No es problema para mi chata”. “Ok, vamos” “¿Vas a ir con ese malvón tanguero, planta silvestre y conventillera, boludo? ¿Por qué no la dejás?”, le dijo Ramsés.
Plagiaro miró a su amigo, y eso bastó. “Vamos, suban entonces”, concluyó.
13.
En menos que canta un gallo, flotaban en la Chevrolet del `64 al lado del Cerro Tronador, que justo estornudó lava y humo y todo fue una nube irreal, propicia para manifestar el amor cotiledóneo.“Paren, asquerosos inmundos, aflojen con los arrumacos”, intentaba en vano Ramsés. “Paren que ya llegamos, y aquí son bien machistas”. “Este es el Millenium Bar, cuna de la cumbia amazónica, las colombianas peteras y drogadictas; te aconsejo tomar un `muerte súbita´, que es lo que seguro tendremos si no dejás de besuquear esa planta putarraca”
14.
Pintó la cumbia; Los Inquietos descolaban los bafles. El gasoil y el ron corrían. Un séquito de prostis desdentadas ofrecían sus bocas peteadoras ¡chúp! ¡chúp! ¡chúp! a quién quisiera. Ardía el Millenium Bar sobre el oleoducto que escupía petróleo al norte; salían los barcos cargados de Buenaventura y Plagiaro sólo tenía ojos para su planta…
15.
¡Báng! ¡báng! –se escuchó de golpe- y, como en la selva los tiros no vienen solos: ¡báng!¡báng! ¡báng! y ¡recontra báng!. Acto seguido, cortóse la luz. Ramsés dio la orden: “¡retirada!” mientras se sacaba de encima a una peteadora híperarchiconcentrada en su metié. Salieron y en la puerta encontraron dos cuerpos acribillados, en vez de sangre salían de sus heridas altas cumbias, y de las buenas. Un ejército de motomandados rodeaba a los muertos y uno de ellos gritó: “¿Dónde está Plagiaro?” “¡Miren lo que les pasa a los que no contestan!”
16.
Era un ejército de motomandados-punteros enviados por El Periodista Operador. Su jefe, el Pacha Escobar, quería la recompensa que el gobierno ofrecía para el que encontrara a Plagiario; (necesitaba many para un canal de TV). En eso, de entre las peteadoras boquiabiertas, se recortó la figura de La Conductora del Noticiero Local:
“¡Plagiario es mío! ¡Yo lo encondré primero! ¡Chúp!” Plagiaro ni lo pensó, y con su malvón, subió al móvil del canal, y con La Conductora del Noticiero Local al volante, salieron en busca de la Panamaricana. Ramsés se quedó en el Millenium, aprovechando que en la oscuridad dos morenas se encontraron peteándolo en simultáneo.
17.
La Conductora del Noticiero Local conducía y ensayaba un speech: “En edclusiva pada Canal ***, encontramos a uno de los desapadecidos más impodtantes en democracia”, no, a ver, “En edclusiva pada…”. Plagiaro, en el asiento de al lado, pensaba: “¿Convertirme en un monigote mediático? ¿Un mediático de Paraná, encima, codo a codo con los que hacen espectáculos revisteriles?” “Antes muerto, yo y mi malvón”
18.
Ya habían pasado de la selva a la sierra, y de ahí a la costa. Refulgía el Pacífico cuando una moto se interpuso on the road. La Conductora del Noticiero Local detuvo el móvil; por si faltaban personajes ¡eran El Periodista Amarillo y El Periodista Chivo!, las estrellas del canal de la competencia de Paraná, ambos también en el Ecuador. “¡Alto en nombre del canal más visto de la ciudad!”, dijo el motoquero amarillo. “Ratisalil calma el dolor”, agregó inconducentemente El Periodista Chivo. “Pedo mi canal se ve en todo el litodal, y el de ustedes no”, interpuso La Conductora del Noticiero Local “¡La primicia es nuestra!”, dijeron los tres a tono.
19.
Mientras por la ruta, sobre el horizonte, empezó a aparecer el ejército motomandado de El periodista Operador. Los periodistas veían esfumarse la exclusiva y la recompensa de haber hallado a Plagiaro y su malvón…¡en la selva del Ecuador! El Periodista Amarillo sintió hervir su sangre: “a mi juego me llamaron”, pensó, montándose sobre el capó del móvil de TV, de frente a la ruta, mientras La Conductora del Noticiero Local vociferaba “¡Abajáte de ái, motoquedo drucho! ¡Chúp! ¡Chúp!”. El Periodista Chivo, en tanto, sacó la calculadora y se puso a teclear sin ton ni son, soñando quien sabe con qué publicidades por venir…
20.
El Periodista Amarillo puso sus manos en la cabeza cual Tu-Sam y, encarando a los motomandados, levantó una mano ordenando: “¡Alt!” y luego “¡Sit-down!” Los jinetes mecánicos de El Periodista Operador frenaron, presos de una extraña hipnosis, y bajaron de sus motos escapes-libres sentándose en medio de la Panamericana; mas no todos. Algunos, de oídos harto quemados, con tanto ruido de sus propias máquinas, siguieron su andar en dirección a Plagiaro, quién miraba todo abrazado a su malvón. El Periodista Amarillo hizo una mueca y reforzó su concentración con tanto ímpetu que ahí, en el acto, sobre el móvil del canal, ¡se desgració!
(Continúa el próximo lunes)
10.
Y corrió, corrió; al ritmo del latido de su corazón.
¡Desde 5to grado de la escuela no sentía esa adrenalina; cuando regalaba chupetines a su novia Myriam! -amor prohibido- (prohibido por los hermanos de esta). “Si te acercás a la Myriam, te cagamos a palo, flaquito”. Ahora era lo mismo: el tótem de la cultura occidental cristiana se erguía sobre él, de golpe: era la regla; la prohibición; podría andar con quien quisiera, ¡menos con un malvón!
11.
Plagiaro abrazó el malvón y pensó: escapar, sí, pero ¿hacia donde? La vecina lo vio, o alguien botoneó, la cosa es que gritó: “ladrón”, “ladrón”. “Sí, ladrón, pero del amor”y pensó en Alberto Migré: ¡qué argumento para un novelita!
Sus latidos vibraban como los pistilos de su planta amada; la observaba y trataba de deducir: ¿qué era? ¿Una malva loca?, ¿Una malva real?, ¿Una malva rosa?, ¿Una malva del príncipe?, ¿Una malva doncella?
12.
En eso siente una bocina y lo ve a su amigo Ramsés montado en pelos en su chata: “¿Adónde vas corriendo con esa planta, boludo?”. “No sé”. “Entonces subite, vamos hasta Lago Agrio, al Millenium Bar por unos roncitos”. “Pero eso queda en el amazonas ecuatoriano”. “No es problema para mi chata”. “Ok, vamos” “¿Vas a ir con ese malvón tanguero, planta silvestre y conventillera, boludo? ¿Por qué no la dejás?”, le dijo Ramsés.
Plagiaro miró a su amigo, y eso bastó. “Vamos, suban entonces”, concluyó.
13.
En menos que canta un gallo, flotaban en la Chevrolet del `64 al lado del Cerro Tronador, que justo estornudó lava y humo y todo fue una nube irreal, propicia para manifestar el amor cotiledóneo.“Paren, asquerosos inmundos, aflojen con los arrumacos”, intentaba en vano Ramsés. “Paren que ya llegamos, y aquí son bien machistas”. “Este es el Millenium Bar, cuna de la cumbia amazónica, las colombianas peteras y drogadictas; te aconsejo tomar un `muerte súbita´, que es lo que seguro tendremos si no dejás de besuquear esa planta putarraca”
14.
Pintó la cumbia; Los Inquietos descolaban los bafles. El gasoil y el ron corrían. Un séquito de prostis desdentadas ofrecían sus bocas peteadoras ¡chúp! ¡chúp! ¡chúp! a quién quisiera. Ardía el Millenium Bar sobre el oleoducto que escupía petróleo al norte; salían los barcos cargados de Buenaventura y Plagiaro sólo tenía ojos para su planta…
15.
¡Báng! ¡báng! –se escuchó de golpe- y, como en la selva los tiros no vienen solos: ¡báng!¡báng! ¡báng! y ¡recontra báng!. Acto seguido, cortóse la luz. Ramsés dio la orden: “¡retirada!” mientras se sacaba de encima a una peteadora híperarchiconcentrada en su metié. Salieron y en la puerta encontraron dos cuerpos acribillados, en vez de sangre salían de sus heridas altas cumbias, y de las buenas. Un ejército de motomandados rodeaba a los muertos y uno de ellos gritó: “¿Dónde está Plagiaro?” “¡Miren lo que les pasa a los que no contestan!”
16.
Era un ejército de motomandados-punteros enviados por El Periodista Operador. Su jefe, el Pacha Escobar, quería la recompensa que el gobierno ofrecía para el que encontrara a Plagiario; (necesitaba many para un canal de TV). En eso, de entre las peteadoras boquiabiertas, se recortó la figura de La Conductora del Noticiero Local:
“¡Plagiario es mío! ¡Yo lo encondré primero! ¡Chúp!” Plagiaro ni lo pensó, y con su malvón, subió al móvil del canal, y con La Conductora del Noticiero Local al volante, salieron en busca de la Panamaricana. Ramsés se quedó en el Millenium, aprovechando que en la oscuridad dos morenas se encontraron peteándolo en simultáneo.
17.
La Conductora del Noticiero Local conducía y ensayaba un speech: “En edclusiva pada Canal ***, encontramos a uno de los desapadecidos más impodtantes en democracia”, no, a ver, “En edclusiva pada…”. Plagiaro, en el asiento de al lado, pensaba: “¿Convertirme en un monigote mediático? ¿Un mediático de Paraná, encima, codo a codo con los que hacen espectáculos revisteriles?” “Antes muerto, yo y mi malvón”
18.
Ya habían pasado de la selva a la sierra, y de ahí a la costa. Refulgía el Pacífico cuando una moto se interpuso on the road. La Conductora del Noticiero Local detuvo el móvil; por si faltaban personajes ¡eran El Periodista Amarillo y El Periodista Chivo!, las estrellas del canal de la competencia de Paraná, ambos también en el Ecuador. “¡Alto en nombre del canal más visto de la ciudad!”, dijo el motoquero amarillo. “Ratisalil calma el dolor”, agregó inconducentemente El Periodista Chivo. “Pedo mi canal se ve en todo el litodal, y el de ustedes no”, interpuso La Conductora del Noticiero Local “¡La primicia es nuestra!”, dijeron los tres a tono.
19.
Mientras por la ruta, sobre el horizonte, empezó a aparecer el ejército motomandado de El periodista Operador. Los periodistas veían esfumarse la exclusiva y la recompensa de haber hallado a Plagiaro y su malvón…¡en la selva del Ecuador! El Periodista Amarillo sintió hervir su sangre: “a mi juego me llamaron”, pensó, montándose sobre el capó del móvil de TV, de frente a la ruta, mientras La Conductora del Noticiero Local vociferaba “¡Abajáte de ái, motoquedo drucho! ¡Chúp! ¡Chúp!”. El Periodista Chivo, en tanto, sacó la calculadora y se puso a teclear sin ton ni son, soñando quien sabe con qué publicidades por venir…
20.
El Periodista Amarillo puso sus manos en la cabeza cual Tu-Sam y, encarando a los motomandados, levantó una mano ordenando: “¡Alt!” y luego “¡Sit-down!” Los jinetes mecánicos de El Periodista Operador frenaron, presos de una extraña hipnosis, y bajaron de sus motos escapes-libres sentándose en medio de la Panamericana; mas no todos. Algunos, de oídos harto quemados, con tanto ruido de sus propias máquinas, siguieron su andar en dirección a Plagiaro, quién miraba todo abrazado a su malvón. El Periodista Amarillo hizo una mueca y reforzó su concentración con tanto ímpetu que ahí, en el acto, sobre el móvil del canal, ¡se desgració!
(Continúa el próximo lunes)
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Malvón
domingo, noviembre 01, 2009
Se viene "Por", lo nuevo de Melero
Melero es ante todo, un pensador que hace música. Que te linkea su universo y sus influencias cada vez que habla, todo filtrado por su particular concepción del arte y el universo pop.
Blá blá blá,
también hace discos hermosos. Discos que retratan como nadie la cotidianeidad de la vida en pareja, entre otras cosas.
Melero dan ganas de comprar el CD, no de bajarlo. Aunque iría bien con su ética. "La piratería es imparable" dijo alguna vez.
Acá pueden ver su página aggiornada, con imperdibles videos y fragmentos de su pensamiento desordenado.
Y acá la presentación y el picado del nuevo disco (producido por Babasónicos y grabado con ellos como su banda) en Pinkmoon.
Saludos a la comunidad menosquecerista!
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