martes, enero 09, 2007

Monzón

Hoy de mañana mirando la tele vi que sé cumplian doce años de la muerte de Carlos monzon, y me aocrde que yo tenia 14 años y que volvia de vacaciones con mi familia de la sierras de cordoba, y no me acuerdo bien si esa fue la primera vez que maneje la camioneta de mi viejo en la ruta cerca de arroyito a la altura de la fabrica de Arcor, o si iba sentado en el asiento de atrás preparando unos sandwinch en la ford weekend celeste o si soñe ambas cosas cuando lei esta nota hace tambien unos años atrás. No pude chequear la data del viaje porque mi viejo estaba durmiendo todavia pero que seguro fue por radio que lo escuchamos y que mi viejo se puso a llorar y yo quise llorar con el pero no sabia porque. Aquí les transcribo esta nota.

(Lucas Mercado)


Los cuatrociento golpes

Pagina12 Miguel Briante
31.12.1988

Siempre le esta pegando a Benvenutti, rubio de Italia. En ese ring, de Roma, 1970. Lo tiene un rato, para que no se le caiga; con el hombro, tranquilo, como cuando peleaba nada mas que los miercoles, por la tele, “porque-recuerdan los que saben- era un tronco”. Hasta que le gano a Fernandez del todo, y depues la gloria. Corre el libro que esta encuadernando y moja el pincel en la cola caliente; “diente de perro”se llama esa manera de juntar hojas sueltas por el lomo. Habia otro olor, el de la resina. Y en esa parte de la pelicula el estaba suelto, no en cana, en Batàn: la mary esa rubia caliente en la cama; Favio le recordaba su infancia, en Soñar, soña. Palito lo sobaba con la historia del respeto:”me limite a seguirlo en la peleas-dicen que dijo en Gente, y la nota iba con fotos- y depues, cuando dejè el boxeo, ahí lo llame”.Palito. Cantaba en tucuman, para las tropas, como en las peliculas norteamericanas. Todo fue una pelìcula: pegar y salir. Del rong, de las comisarias de su provincia, de la historia. Vino Cacho, antes que Palito. Pero los dos vienen diciendo lo mismo: que èl, Carlos Monzòn, se va a suicidar. Fue hace poco. Cuando le dan los diarios, las revistas, èl nota que lo notan deprimido. El rubio de italiano le estabapidiendo caerse y èl lo sostenia con el hombro, lo acopmodaba. “Matame,indio de mierda ”, le pedìa. La Mary tambièn. Cuando no tenìa un pedo que hacer y se iba a jugar al truco con el Mono Mas yel Loco Houseman en el bar La Cuyanita, de Martinez, les contaba eso. Que la Mary se le paraba en los tacos altos y le decia lo mismo: “Matame, campeon”. Alicia no. Èl no le pego en alco superciliar izquierdo. No le pegò. Pero ahora –dicen los investigadores- èsa es su marca. La marca del asesino. Antes, era uin estilo. Benvenuti se estara derrumbando siempre, en ese ring de Roma, y èl –de vez en cuando- en Batàn, podra pedri el tape. Catorce defensas del titulo y retirarse a tiempo, como Gardel.
Lo que poasa es simple, no puede dejar de pelear. Bueno, le pegò a la uruguaya, pero un boxeador nunca tiene intenciones de matar. No mide, eso sì. Lo mimaban porque desde la oscuridad resucitaba, siempre, ese gesto brutal. Cuantas veces le gritaron: “Matalo, Monzòn”. Y a lo mejor -piensa, lo piensan-, en Montecarlo, no tendria que haberle pegado de vuelta a Benmvenuti. ¿Para què? Si la pelicula no tenia final feliz. El olor de la cola caleinte le trae algun olor a mugre, en la provincia, y el otro olor –el balde, el aserrin, las hembras rubias entre las que habia una negra igual, al final- y esa manera de soplra con la nariz, la cocaina, que entra suave, suave, y cuando ya no se la entednia le da al alcohol. Algo es cierto: que èl se dejaria morir si no fuera por Maximiliano, para explicarle cuando sea màs grande. Pero se que el mundo no es asì. Nada mas que una mafia, nada mas.
“Un hombre no habla”, se escucha en su propia cabeza. La linea de sombra, esa sombra cara de lineas blancas en la nariz. Vacìo de ricos, a doscientos australes el mogra. Quince lineas para los tranquilos; siete, en su nariz de indio ausrtal. Claro que le pegue, les dijo. Pero a mi, ¿quién me mide la mano? Y “ustedes me van a sacar”
. vinieron de Italia, estuvo Alain. Pero ahora termino esta encuadernacion a dientye de perro y voy al calabozo. Cierran. El guardia me dice: “Hatsa mañana, campeon”.
Mira el techo, la reja. ¿cómo lo hizo? El presoi que hace quince dias se mato en su celda. ¿cómo hise mato? Hasta una novela de apuro, le dicen profetiza el suicidio. Y el Cacho, y Palito: “no creemos que se vaya a suicidar”. ¿Es cierto lo que dicen? Que sabe màs de lo que creen que sabe y que tambien sabe, ahora que al conejo de prueba convertido en pato de la boda no se lo puede sacar. Por mas plata que haya. Que el suicidio le va a venir de afuera, preparado, como cuando èl tenia al italiano rubio tratando de que durara un poco. En eso, cada vezque suene la puerta de la celda, se va a poner a pensar.