El tiempo es un chicle, sin dudas, y funciona en tantos planos como relatos seamos capaces de contar. Esta historia simple se pliega y despliega junto a los tiempos modernos, pero no se confunde con ellos. Una casa insiste en estar ahí, un tren marca el umbral de otra velocidad. ¿Hasta qué punto nuestra manera de percibir está ligada al tiempo que vivimos y nuestra manera de vivir el timpo? ¿Hasta qué punto la posibilidad de percibir distinto, de estar atentos a los detalles, al acontecimiento, depende de qué tiempo le destinemos? Obra de climas y personajes, Las trillizas de Belleville ofrece una visita a un mundo regido por otras leyes. La de la observación asombrada y cómplice antes que la del espectáculo vertiginoso, aun cuando su visión asegure un espectáculo para los ojos. Una película de animación sin prejuicios, que se toma su tiempo para contar su historia y, mientras lo hace, la magia de sus dibujos permite compartir la fascinaciónpor ese momento único en que un universo es animado.
Dirección: Silvayn Chomet
Orígen: Francia-Canadá-Bélgica
Duración: 80 minutos
Año: 2003
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