miércoles, enero 11, 2006

Crónicas de Librería VI

1.
Tardecita, apenas unas horas antes de cerrar la librería. Cae un señor con cara compungida:
-Buenas tardes
-Buenas tardes
-Mire, yo ando buscando un librito para una nena de once años...
-Ajá...
-Sí, de once años. Pero quiero algo lindo, que contagie alegría, ganas de vivir, que sea positivo...
-Ajá... (Hasta acá todo bien)
-...Pasa que esta nena está postrada en una cama de hospital. Hace dos meses. La operaron de la columna, báh, de una vértebra, una operación muy riesgosa, dolorosa, imaginate, en la flor de la edad y está postrada, con la sutura en la espalda...
Mi compañera estaba atrás mío, pero casi podía describir su cara...
-...Así que quiero regalarle algo que le de ánimo... ¿Qué me aconsejás?
Y ahí, la necesidad de descomprimir tanto morbo gratuito hace que se me ocurra decirle “Y... ¡uno de Frida Khalo”. No lo hago, claro, solo lo pienso, pero la idea me causa mucha gracia y se me esboza una sonrisa traicionera en la cara, giro mi cabeza rápidamente para que el tipo no me vea y mi amiga me salva de la situación llevándose al tipo a la sección de libros infantiles.
¡Malditas e inoportunas manifestaciones del inconsciente!.

2.
Un tipo de lo mas repugnante le dice a mi compañera:
-¿Vos leíste este libro? (Se refería a “Padre Rico, Padre Pobre”, de Robert Kiyosaki, un best seller pedorro para aspirantes a yuppies)
-No
-Claro, le contesta el tipo, por eso sos empleada de este lugar. Si lo hubieras leído, serías la dueña o estarías en un lugar mejor.

3.
Una clienta de lo mas pituca, gorro veraniego, amplios anteojos setentosos, se acerca al mostrador y se acoda pidiendo disculpas porque “tiene fracturados dos dedos de los pies”. Mientras hace tiempo para ir a la Villa Libertador San Martín, nos pregunta con un acento peruano (estoy seguro que es peruano y no de otro lado):
-¿Tienen “La Enfermedad como Camino”?
Se lo conseguimos.
-Bien, ahora tengo que cruzarlo con el "Kyballión" y reflexionar sobre una frase que a mí me marcó para toda la vida: “El mal se alimenta del bien”
Luego de ese preámbulo, nos confiesa que se comunica con extraterrestres; que mi compañera –por su signo en el horóscopo, y su animal en el chino- tiene “alma de jefa de gánsters”; que mi compañero Angel “es enamoradizo y tiene tendencia a apoyar su panza sobre superficies como mesas, sillas, etc” y que yo en mi doble condición de geminiano y rata de agua sufro mucho con el amor, pero también prometo cosas a las mujeres que después no me hago cargo, soy melancólico y que los días de luna llena, si me aboco seriamente al estudio, puedo levitar, ¡Guau!. Y que seguro soy rata “porque hasta cara de ratita tenés”, me dijo.
Del psicoanálisis, nos dice que lo único que desea "es vivir hasta que muera del todo". De Freud, que era "un drogadicto, un fornicador". Y que ahora "hasta en la TV te dicen que masturbarte es bueno... ¡cuando la masturbación quema neuronas!"
Vaya día especial.