El viernes y el sábado estuvimos colaborando con Jaimo y el Guille Hennekens en un mural con los pacientes, terapistas y colaboradores del Hospital Roballos, en el marco de la creación a pulmón de una plaza –nueva psicogeografía, resignificación de un no-lugar antes vacío- . No es por nada, pero está quedando alucinante. El laburo que hacen DJ Cabeza, y las bellas terapistas allí, es un verdadero trabajo de exteriorización de la problemática claustrofóbica de la salud mental, y no hay que ser María Luisa Bemberg para para saber que de eso no se habla; un trabajo de apertura-horizontalidad y de contención emotiva que, porsupuesto, redunda en menos psicofármacos que alimentan laboratorios extranjeros y a algunos tartufos-psiquiatras-psicólogos, abriendo pequeñas grietas en las paredes cómodas de lo institucional que siempre delimitan un adentro y un afuera.
Al son de Bob Marley y Vicentico, la pintura fluía como las sonrisas de los pacientes y ese algo siempre presente, que indefectible nos interpela.
Es conmovedor ver el laburo profesional y afectivo que hace el equipo de terapistas del Roballos.
domingo, octubre 03, 2004
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